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Literatura solidaria

Helena Ramos - Rusia/Nicaragua

Mural 78.

Es un mundo cruel, sangriento
pero bello...
El mundo de la hierba
ensangrentada;
donde la sangre
tiñe las olas,
donde la sangre
riega la tierra,
donde tañe
como una guitarra
el dolor por los caídos.

Donde brilla el sol generoso,
donde cantan los ríos sonoros,
con fervor crepitan las llamas
y se ama porque se ama;
donde crecen novias abedules
y orgullosos cedros
y de noche, caen las estrellas
en la mano de un niño.
Allí la bandera alta
orea los sueños.

Allí la gente sabe
morir
y la podre no se atreve
a tocar los rostros muertos.
Hay un reguero de sangre
sobre las piedras y flores.

Allá
son bellos los brazos morenos
de tu compañera,
son bellos los ojos oscuros
mirándote el alma,
son bellos los labios calientes
que dijeron "te quiero",
y cae una lluvia de claveles.

Pero son inenarrables las torturas,
interminables las noches
cuando el dolor te desgarra
sin escape ni tregua,
el cuerpo se rompe en un grito mudo
y corren los ríos de tu sangre.
A la última alba huele el viento
y no puedes protegerte de las balas,
escudarte de la muerte.


El clavel invencible florece,
cae al agua preclara
y se deshace en sangre.

© de la autora

 

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Oscar Portela -

LEVY POULTER
poema de OSCAR PORTELA

Solo tu Levi, solo el fugaz relámpago
De la lujosa pedrería de tu cuerpo
Hace caer la muerte de rodillas
Ante el goce que estalla en el relámpago
De los códices que alumbran los rubíes
Con los cuales te hicieron para que
La Eternidad caiga rendida ante tus piernas.
Selva tú y números con los cuales
Se mueven las esferas: verte y saber
Que la veneración es poco y sentir que
Que las estrellas me poseen y que el vértigo
De la pasión me devuelve a las albas
Del primer espasmo de gozo por el cual sabemos
Que oscilamos entre la eternidad y el tiempo.
Y que somos algo más que la nesecidad
De procrear la especie: música de las esferas
Somos y sobre todo Levi Poulter que entre mis brazos
O yo entre los metales de la perfección que luces,
Muero y renazco una y otra vez, más allá de las tumbas
Cuando el liquido que crea y mata surge de mi como la lluvia
Para el elogio y el cántico de las mareas del placer
Y el vuelo con el cual hago el amor contigo
Y sueño que nada está perdido todavía
Cuando el mito del vellocino vuelve y la creación
Entre tus brazos se repite en el beso mortal
Con que sellamos un pacto entre los sueños
De las lunas y las arduas vigilias de los soles.